Poliestireno expandido y poliestireno extruido son aislantes térmicos que se utilizan con mucha frecuencia en el sector de la construcción y las reformas. Sus propiedades son parecidas en buen grado, aunque también existen diferencias entre ellos.
El primero, el expandido, es el tradicional corcho blanco, también denominado corchopán o porexpan. Son planchas granuladas y rígidas que están conformadas por un material plástico espumado que deriva del poliestireno. Es habitual en embalaje, más allá de la construcción, y se aplica en enconfrados, cubiertas, paneles sándwich, falsos techos y juntas de dilatación, entre otros espacios.
Por su parte, el poliestireno extruido tiene como objetivo su uso en suelos y fachadas. Su aspecto más positivo es que posee buenas propiedades mecánicas, es resistente al agua y al fuego y ofrece mucha durabilidad. Las cámaras frigoríficas, muros y cerramientos verticales y cubiertas planas para tráfico rodado son instalaciones en las que se usa con frecuencia este aislante.
Diferencias entre ambos materiales
Las diferencias entre el poliestierno expandido y el extruido son visibles a simple vista. A pesar de que son buenos aislantes ambos, su uso no es intercambiable. La textura y su conformación son diferentes, así como su grado de ligereza, su capacidad de absorción y su densidad.
El poliestireno expandido es más ligero y absorbe mejor la humedad. Tiene también una menor resistencia mecánica. Todo ello consigue que no se pudra ni genere moho. Es un material muy versátil que aguanta bien los impactos.
El extruido es más denso y su acabado es liso. Ofrece más variedad en cuanto a colores, pero sus medidas y grosores son menores. El grado de conductividad térmica es mayor.
Las diferencias entre el poliestireno expandido y el extruido no impiden que ambos materiales sean óptimos para su uso como aislante, pero en su elección es importante consultar con expertos, para ganar en eficiencia con su uso.